23
Llego a la orilla de la muerte, sólo gusanos,
los espíritus se acercan, crecen y se alejan,
muñecos de colores que flotan en silencio,
pasan frente a mí, como seres que ya no existen,
parece un sueño imaginado, no se detienen,
las figuras me asustan, no duermo en este mundo,
algo toca uno de mis dedos, siguen comiendo,
vuelvo a la humedad, a los círculos de mi mente,
donde siempre llegarán voces que me condenen.
24
Aquí no sufro, cercado por mi espejo rojo,
cierro los ojos y ahí están, no se van muy lejos,
presencias que flotan a mi lado, no se van,
estaban conmigo cuando fallaron los frenos,
despertaron con los gritos, flotan a mi lado,
quieren entrar a tus sueños, flotaré a tu lado,
moveré las lámparas, y dirás que es el viento,
apaga la luz, y espera un poco, me verás,
seré esa voz tenebrosa que en vano has negado.
25
El silencio cósmico invadía mis sentidos,
deseos apagados se ocultan para siempre,
el vidrio opaco, la oscuridad, dormir cansado,
la Nada deseada como final de todo,
volar, cerrar los ojos, y no volver jamás,
dormir siempre, sin temor, sin historias amargas,
sin tanto temores, desaparecer sin nombres,
como las voces de los errantes de la noche,
tristes lamentos de los que nunca volverán,
quiero respirar el aire puro, nada más.
26
Las garras repugnantes rozan toda mi espalda,
la Vieja puede alejarlos con el humo blanco,
quieren entrar en mis sentidos y respirar,
regresar de la tumba, del sueño sin retorno,
roban el calor de tu cuerpo, viven en ti,
ellos entran a tu mente, memoria, deseos,
cuando te rindas, y duermas, verás muchos rostros,
despertarás cansado, una pesadilla más,
la luna entre las nubes, ese frío mortal,
las voces en la oscuridad del cuarto, son ellos,
puedo escuchar murmullos cada vez que volteo.
27
Ahora soy la sombra perdida en la neblina,
nunca me alejo de aquellos escombros podridos,
la mano, algunos dientes, cabellos, suciedad,
sin embargo, yo nunca me aparto de mis huesos,
no hay ese descanso eterno, nadie duerme jamás,
una de esas falsas que nos cuentan los ancianos,
aquí hay barro y siento el frío eterno, gusanos,
pero no hay paz, sólo barro y humo, la humedad,
muerden las ratas, lentamente comen mi cuerpo.
28
Las sombras circulan como la muerte sin alas,
moscas que giran y aves negras que me desgarran,
súplicas de enfermos, me atormentan, quiero paz,
dormir el sueño eterno entre las nubes del cielo,
no volver a sentir el perfume de la Vieja,
me gustaría dormir debajo de tu cama,
escapar de la Vieja, esconderme en tus espejos,
tú sabes, ser parte de tu día, respirar,
el espejo del auto, me verás ahí, lo sé,
cuando sientas que tu esperanza eterna se aleja.