Bien venga el amor de Dios,
y llenarme con su misericordia, de su perdón pleno,
para serle digno en alma y cuerpo,
existiendo solo para Él, pues para mi no cuento...
Oh mi Señor, que a Ti clamo,
con tres puntos en cruz sobre mi pecho,
y en la boca el gran beso
que hila con su sangre la salvación del Universo...
Bien venga el amor de Dios,
y a este hombre humilde su gracia y bendición,
pues no más, Cristo te pido,
que cuides mis pasos, al ser mi inseparable amigo...
Oh Dios mío, que a Ti te clamo,
sin importar el paso de los años, la enfermedad o el dolor,
porque Tú siempre estarás conmigo,
hasta ese día que al fin encuentre tu Sagrado Corazón...