Pluma de Fuego

Mar Embravecido

Cual mar embravecido,

mi furia he desatado,

con mi oleaje alterado;

pues he sido traicionado.

 

Traicionado por la luna,

que controlaba mis mareas,

de la que he sido liberado;

de mentiras y cadenas.

 

Libre soy,  aunque mi oleaje,

por infame traición, en su vaivén;

aún se mece, cual espíritu salvaje.

al descender el sol y sumergirse

en el neptuniano paraje.

 

Guardo la vaga esperanza,

que allá por el horizonte,

aparezca una suave y tenue brisa;

que a mis ondas de serenidad,

reduciendo su intensidad

disminuyendo así su prisa.

 

Hipnotizado, en mi quietud,

por su mirada y su belleza he quedado;

al ver que en sus labios delineados,

destella una sonrisa.

 

La observo aparecer en la lejanía,

mi tan esperada brisa;

la que mi orilla impregna con su aroma,

dejando sobre la arena su huella,

volando sublime como paloma.

 

Despertar con ella en cada amanecer,

observar y soñar con ella en cada ocaso,

de poseerla una virtud,

por ser ella mi amada;

por doquier la coordenada 

de latitud y longitud.

 

Varados, juntos en la orilla;

en la espuma que en la arena se arremolina,

convirtiose en Sirena aquella que fuese brisa,

la que quitose la pena y amargura

que traía en el corazón;

causada por la traición,

a aquel mar embravecido,

convertido en Poseidón.

 

Siendo ambos sumergidos,

a un mar de amor profundo

y posibles utopías;

en infinitas fantasías,

ocultas a este mundo.