Ante tu presencia, Amor,
la ternura cae como maná
vistiendo mi corazón de niño,
que ronronea dulcemente
un canto melodioso a tus oídos.
Tu carita de luna llena,
tus ojos, linternas de tu alma,
tus labios, florecidos de sonrisas;
todo, pintando mis inocentes manos
que acarician tu piel, sin prisa.
Nuestros corazones de niño
se toman de la mano,
recrean lindas rondas
en el silencio de tu nada;
desnudándola de asombras.
Tu ternura, Amor mío,
rompe mis apuros de fuego
que mueren en muchos te quiero,
enjambres de: te Amo,
que juguetean en tu cielo.
Gracias Amor,
gracias Bendito Amor,
mi felicidad no tiene apuros.
Mi cáliz de ternura,
hoy se ha expandido;
ya no rebalsa... perdura!!