Solo quedan hilillos
cual de cigarrillo agonizante
trazando rutas en el aire,
ondas, olas, espirales fragantes;
aroma de las flores
de tu estancia
el perfume de tu amor,
o de rosas marchitas, muertas
tras la tarde quebrada por tu ausencia.
Ya solo quedan sendas de espumas
que no más trazan
sin llevar a ningún lado
más que a ignotos sinos
donde duermen de tu nombre
las iniciales de estructura salobre
anegadas por mil lágrimas
y mis suspiros hondos y antiguos.
Y así volverán los pájaros
así las nubes cargadas de relámpagos
la lluvia,
y así otra vez los amaneceres
otra vez la primavera y las eras
y el frondoso maíz con nidos nuevos;
llegará la floración
a huertos y corazones, al mío,
para volver a vivir plenos,
aunque sea de fictas
pero nuevas y generosas ilusiones.
-Bolívar Delgado Arce