Mujer, lavadora de platos y corazones. Nutres con la sonrisa, el coraje y el amor que de ti se desprende como delantal mojado de esfuerzo sin fin, de lagrimas y compasión.
Mujer, no hay hogar sin tu presencia, no hay mesa servida sin tu sudor, abnegación, bondad y humano calor.
Mujer, tejes la continuidad de los días como un collar y sin tener nada lo das todo, olvidando tu dolor.
Mujer, madura, terrestre, cotidiana, jardinera de sueños. Remiendas las tardes, la camisa y el abatido pantalón.
Mujer, por las mañanas eres la primera y ordeñas el alba de leche blanca para una nueva jornada, desnuda de ilusión.
Mujer, persistes en tu empresa entre quehaceres, hollas sin fondo y mocosos, sabiendo siempre que sin ti tu mundo se cae
Mujer, sosten pequeño de la vida, que brotó después del beso y crees que cada mañana surja el sol.