Mael Lorens

La correa se rompe

Hoy he visto el amor que me tienes en tus ojos y que no te atreves a decírmelo.
Te diré ángel mío que no me importa, muy al revés, mírame cuando y cómo quieras, hazlo como también lo estás haciendo ahora, quiero que sepas que soy fuego porque tus ojos continuamente me incendian y me producen una extraña sensación de locura y deseo que me empuja hacia ti con la fuerza de mil huracanes y violentas tormentas que contengo con la fuerza sobrehumana de la prudencia y compostura qué hay que tener en estas circunstancias, porque ahora mismo y en mi derrota, te besaría tus labios que son mis labios, y tus pechos que son mi alimento, luego descansaría en tu bajo vientre para adorarte y oír tus gemidos que son mis gemidos y seguiría después centímetro a centímetro hasta tus pies, Pero no lo hago, me sujeto el alma desbocada con correa corta y enamorada que porto, pues estoy seguro que al besarte llenándome de puro placer, demostraría de inmediato la veneración que por ti siento y de la emoción borracho de amor por tu ser, me desmayaría derritiéndome y saboreando la Petite mort, porque te amo de tal manera, que solo la mar con su calma y bravura entendería mis mareas y mi forma de nadar en tú humedad. Beberla quiero, La correa sé rompe, solo espero tu también bienaventurado deseo y esas palabras mágicas diciendo 
“ Ahora quiero “

Manuel Lorente 
Seudónimo 
Mael Lorens 
Reservado el derecho 
de Autor Marzo 2002