Terminas el poema, tu mundo se calma
La fuerza que empuja al teclado, te abandona
El impulso que abraza tu mente, se marcha
No sabes qué hacer, te hace falta, la pieza en el lienzo, tan tuya, de tu pecho se arranca
Imaginas tus versos, en otras manos, intentando amar lo que amas
Sientes que en él va tu ser, eres nada
¡Nada se adhiere a otra mente!
¡Nada, da vida a otra alma!