Yo interpretaba a mi presidente
y ella traducía a nuestro rival;
ellos eran a cuál más dictatorial,
el uno obtuso y el otro demente.
¡Pero qué boca tenía enfrente,
qué dulzura y qué sensualidad carnal!
tanta, que mi mente se hizo dual
y, en vez de decir: «Soy intransigente»
les dije que, él era «Multilateral»,
y que esperaba, de un ser anuente,
una clara proclama de «Paz Mundial».
Y ella, siendo también desobediente,
puso en su boca otra palabra cordial,
con la oferta de un «Armisticio» urgente.
Y yo, la quise besar.