Fallecía, el señor don Tito.
Descendiendo, el Señor le dijo;
Hoy con mi amor… Yo te cobijo.
“Has ganado, la vida eterna”
Ven conmigo, mi hijo…
Respondiendo el hombre le dijo;
Yo, quiero ir contigo. Pero no tengo alimento para llevar.
Y aquí, abajo. Mi familia, tengo, que alimentar.
El Señor le dijo;
Ven conmigo, tranquilo. Tu familia, yo cobijaré.
Y a ti, mi hijo querido. Rodeado de Ángeles… te, tendré.
El hombre le dijo;
Pero, es que he acumulado riquezas, y quien me las cuidará.
Y si subo, contigo al cielo…
El hombre que ama lo ajeno, de seguro, se las llevará.
El Señor se puso muy triste.
Y pensó… el hombre, que, con su oro, se queda…
Viene el diablo, y se lo lleva.
Así termina la historia,
De aquel hombre, que rechazó, la gloria.