Busco un jardín
con flores que me dejen
un grato olor.
Quiero su aroma
y quiero regalártelo
por estas fechas.
Es primavera,
el tiempo de las flores
y las caricias.
En estas fechas
se avivan los latidos
enamorados.
Y es que la sangre,
perfecto combustible,
también se altera.
Arde y calienta,
excita los sentidos,
y nos relaja.
Dulces susurros
de amores y resacas,
inolvidables.
Por eso busco
jardín con ese aroma
para entregarte.
Nos amaremos,
sin prisas y sin pausas,
en todo instante.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/22