Con un sopor esmeralda, sutiles
de los vapores maléficos toca,
el terciopelo rosado en mi boca,
al alejarse tan raudo en abriles.
No es la manera, si digo: ¡Oh gentiles !
Desnuda ninfa sentada en mi roca
con la simpleza por limpia provoca,
en el andar de los mares febriles.
No esperaré mas la noche, mi amado...
Relucirá estoque, tierno nocturno
si no se acerca cantando Saturno.
Con mi cariño será recordado...
Por el perfume viril taciturno,
por su florete, programa muy diurno .-