Luis Rayo

El despertar en la cita

 

 Tiempo,  hora, y el reloj por delante,

después, una cita y un serio aprieto,

como infante, sin palabras e inquieto

y el nervio se volvió más vigilante.

 

Tu imagen presente en mi mente, ante

el grito de las manecillas,  dueto

inconcluso, tu mirada de veto

en el tiempo, y el reloj por delante.

 

Te vi feliz por la puerta, entrando,

paso lento y un libro de Derecho,

y yo en silencio me quedé esperando.

 

Por fortuna el encuentro ya estaba hecho,

tu y yo en el principio y como acabando

la unión, cuando sentí caer del lecho.