Las secuelas del carnval,
vestigios agridulces jugaron con su mente,
el señuelo de su perfume aliado,
la suavedad de sus lascivas caricias de promesas,
el viaje audaz a bañarse
en tentadores cascadas de salacidad,
su desnudez en temblores mutuos
de pasiones liberadas.
Era la mujer detras de la máscara
seductiva de la Reina de Saba,
quien había encendido su libido.
Sin embargo,
una oleada de arrepentimiento
inundó su conciencia,
Una encrucijada acerca,
una decisión indispensable:
terminar sus anhelos
de una aventura de infatuación,
o debería fingir pretenciones
con juegos desgastados de amor.
Mejor fuera poner todas las cartas
boca arriba y hablar con franqueza.
La decisión a tomar,
se encuentra en la cancha de él.
David Thorpe ©®
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