Jose Luis Posa Lozano

KIRIKO

 

Te creías un gallo de pelea

te sentías el dueño del cotarro

que el corral era un feudo y un dominio

un harén, un prostíbulo, un serrallo.

 

Despertabas al sol de madrugada

Con tus cantos viriles y obstinados

Imponías tu ley y tu deseo

Y atacabas con furia a picotazos

a quien no se doblaba a tus deseos,

a gallinas a pollos, a conejos

esgrimiendo tu pico y espolones,

no admitías excusas ni rechazos.

 

Pero una noche te fuiste tras la zorra

que te embrujó con su rabo plateado

abandonaste a tus huevos y gallinas

babeando con un moco de pavo

picoteando sus restos y sus heces

calladito, sumiso y entregado.

 

Conseguiste escapar de sus colmillos

De sus zarpas furiosas y asesinas

Y ahora vuelves a tu redil,  hundido

Cabizbajo, herido y desplumado

pero ya hay otro gallo en tu cantina,

Aquel pollo a quien tú atemorizabas

Aquel a quien le robabas pienso

ahora es más fuerte que tú y te desafía.

Ya no hay sitio para ti en el palo

No sirves ni pa caldo de gallina