ubik

MAREAS VIVAS

Una especie maldita de rostros 

cabalgan espejos desérticos

de hadas contorsionistas 

y humo de medusas.

 

Oquedad ardida 

entre almas opuestas,

al masticar carne de arena

la opulenta oscuridad del escarabajo.

 

El jardín onírico

hace trizas los silencios,

en un callar cercano a la penumbra,

de tan alta respiración 

que ni la propia resaca contiene.

 

Oculta sed de vida 

que solo pertenece a los pliegues

invisibles del aire.