Mis pasos probaron el desierto,
No había fuentes que refrescaran mis labios,
Sin sonidos de besos ni rumores de te quieros;
Más una mañana de verano te encontré,
Y me pregunté: ¿Quién es ésta que sube a mi desierto?
Me encontré con tus ojos miel y cielo,
Con tu sonrisa de perlas adornada,
Con unos labios rojo caramelo.
He aquí que tú eres hermosa, amada mía,
Prendiste mi corazón en el centro de tu mirada,
En medio del huerto de tus renuevos,
Me alimentaste de la miel de tu panal,
Me abrigaste del glamour de tus aromas,
Me enriqueciste en la opulencia de tus viñedos,
Mojaste mi cabeza en tu rocío,
mis cabellos de las gotas de la noche,
y yo te ofrecí, gotas de mirra entre mis dedos.
¡Tú eres hermosa, toda tú eres hermosa!
Eres cual jardín de lirios florecidos
Entre perfumes de nardos y jazmines
Con la prestancia de las rosas,
Por ti me brota el amor como brotan las vides;
Tu faz con efluvios de luna, hace que esclarezca el sol entre nubarrones,
Cuando tus labios destilan para mí
Esencia de amores que nunca tendrán fin.
(VOZ DE TRUENO)