Los resquicios que se queden en sus sitios,
con temor o sin temor al precipicio.
Allá ellos con sus buenos o malos juicios,
ellos sabrán.
Los resquicios se quedan sin sus pesquisas,
sin demostrar su rabia o su risa,
ellos sabrán de sus vicios,
y de sus propios prejuicios.
Los resquicios se visten de seda,
no teman nada ni se les espera,
ellos sabrán que hacer,
no les podemos obligar a ceder.
Los resquicios son más de lo mismo,
no luchan por las verdades,
aunque siempre queden en forma de levedades.
Ellos no son reales, ni tampoco sus hospicios.
No quieren nada con nadie, ni contigo,
sólo vicios, que atender, que fulminar,
algo guardado dentro, que quieren acabar.
No vayan a ser muy audaces, no podrían arreglar;
aquello que está roto y no se puede pegar.