Cuando la mano, se alista para el lanzamiento,
Retrocede, en un acto cobarde de ofensiva.
El individuo, pierde de momento su gallardía.
Y en un acto violento, arroja, toda su energía.
Con una torpe cachetada, lastimas el ser querido,
Y si es con rabia... ya no serás, su príncipe elegido.
Se puede, desarmar la rabia, con anterioridad,
No dejando acumular la ira, no obrará, la oscuridad.
La víctima se bloquea, entrando en pánico.
Y si es con fiero insulto, a veces, termina trágico.
Dios liberta los corazones, práctica a diario la oración.
Limpia la fuente del alma, en un escenario de reflexión.