EFRAÍN SILENCIO
De estas dos manos secas
hasta el fondo de las uñas,
no esperéis una alondra
ni el jardín de rosas de Rosa
ni el crepúsculo sangriento
en los confines de la tierra.
No habrá poesía esta vez.
De ahora en más que busque quien quiera
la comparación, el yambo, el hipérbaton sinuoso,
el rastrojo ruin del soneto culto
o la décima campesina
donde los versos caen
a la fuente de los hechos olvidados.
Hoy no habrá poesía, ni métrica, ni rima,
ni amor, ni dolor, ni figuras figurativas abstractas
con pámpanos en las sienes y menos adivinación.
No habrá poesía ¡No habrá poesía!
Mi corazón y mi lengua se me salieron por los ojos
cuando entendí que la vida
la viven mejor ignorantes e inescrupulosos,
los ciegos, los quejumbrosos,
no los poetas ¡No los poetas!
Por Dios que es cierto, hermanos míos,
y ya se me antoja callar.