¡Si ansiarte como lo exclamo
es fruto de mi locura,
rechazo toda cordura!.
Así, en vehemencia aclamo
y con firmeza reclamo
sea mayor mi demencia
y, en sus actos de imprudencia
percibir tu piel desnuda
que, con la mía se anuda,
en frenesí de apetencia.
Distorsión de realidad
trocada a grata locura:
la sonata sin censura
de gemidos sin piedad;
besos en la oscuridad
susurrando en mi cabeza
repetidos con fijeza
en mi mente sin cesar.
¡Nunca pude imaginar
psicosis con tal belleza!
Rafael Huertes Lacalle