Si alguien dice lo que piensa,
se obligará a sostenerlo.
En concreto, habrá que verlo,
si en acciones lo compensa.
No buscará recompensa
ni temores, detenerlo.
Pero… ¿cómo en sí, saberlo…?
¡Si va actuando como piensa!
Porque si es oportunista,
su pensar será de un modo
y su actuar será distinto.
¿Por qué?... ¡pondrá un acomodo
a su pensar variopinto
como cualquier arribista!
¿Quiere usted alguna pista?
No me pida lo que abunda
en la sociedad inmunda.
Este verso hasta redunda
pero… vale que persista,
mientras el farsante exista.
Porque... no basta pensarlo,
ni solamente decirlo.
El pensar hay que vivirlo
y en acciones demostrarlo.
Eso debes valorarlo…
pero también, admitirlo
y en conductas traducirlo
para que puedas… ¡probarlo!