Dile que yo amo la amistad verdadera,
aquella que incomparable y seductora
me confiesa claramente y sin demora
que la humildad es el arma más sincera.
En dos personas con la misma cultura
pues florece mi confianza por doquiera,
solo basta dibujarlas con bandera
porque lindas ya lo son con su figura.
Pues, en el mismo lugar nos conocimos
y forjamos el sendero incomparable;
son hermanas de la gloria y deleitable
son sus voces la canción que más oímos.
Dos grandezas taciturnas como piano
dan cabida al crucigrama de la vida.
De sus bocas la sonrisa florecida
nos distrae con sus piezas de artesano.
Samuel Dixon [04/04/2022]