Murió en la guerra
y lo mece el viento,
la nieve de la estepa
cubre su silencio.
Su rifle no dispara,
están todos muertos
y el trigo no madura
salpicado de besos.
Era joven y fuerte
y tenía un sueño,
de volver a su tierra
y pintar de azul el cielo.
Pero ahora yace aquí
sin rumbo ni tiempo,
abonando el suelo
y regando el invierno.