Vicente Martín Martín

Si he llegado hasta aquí es porque creo

Si he llegado hasta aquí es porque creo

que aún existe un jardín en el que somos posibles todavía

aunque fuere un instante, nada más que un instante

de sol entre tú y yo

como un temblor de luces hacia la eternidad,

si he llegado hasta aquí es para decirte que has sido tú,

precisamente tú, quien me ha enseñado

que el amor y la muerte se parecen como dos gotas de agua

y que ambos

multiplican por dos y hacen que giren

en un mismo sentido los umbrales del miedo.

Y por eso reclamo morir este presente de aljibes y jirones

en que escucho llegar desde un rincón vacío de la casa

el pequeño rumor con que me nombras

y por eso

busco a tientas la tabla donde asirme y el estruendo

de las olas más altas para estar junto a ti mientras nos arda el aliento

de toda esta belleza que nos ciñe.

A veces te decía, ¿lo recuerdas?:

“te aprenderé, por más que las estrellas sean mi tumba y el tiempo se deslice”,

pues, mira, te aprendí,

te aprendí con el leve chasquido del pan que se comparte,

con el tumulto incierto de mis manos flagelándose a ciegas,

te aprendí muchedumbre y aflicción,

Babel y Disneyland,

el signo que revela la inmensidad de un Dios que se nos hace

más muerte cada día.

 

Y aún estoy aquí

como si fuera

el penúltimo días de los siglos.