A veces cuando pongo la cabeza en la almohada,
te trato de recordar.
Y vienen a mi cabeza tantas aventuras que vivimos juntos;
los viajes, las fiestas, los conciertos.
Las largas esperas afuera de tu casa,
buscando la música que te gusta en el radio,
y cuando aparecías con la sonrisa en tus labios,
sentía que me derretía entre tus brazos,
tan cálidos, tan tiernos.
Y aunque dijera lo que dijera,
siempre íbamos a donde a ti te gustaba,
tus gustos por la comida rara, por el café extraño,
por las películas de arte.
Y si, te sueño desnuda en mis brazos,
disfrutando tus caricias y tus besos.
Recordando tus palabras, tu cansancio
y el sueño tan tranquilo que invitaba a
contemplarte en la noche, en la mañana, en mi vida.
Cuando cierro mis ojos en la madrugada,
pongo mi vida en retrospectiva y el soñar contigo,
es todo lo que me queda en mi cama, en mis sueños,
en mi almohada.