Mira la mujer del pintor,
la tela que a su amado le quita.
Poco a poco va naciendo
la esbelta imagen al óleo
y en tan fuerte competencia
acepta ser la segunda;
y la del cuadro,
pixel a pixel,
una diosa maravillosa,
cual pintura de pantallas infinitas.
Pero prefiere el pintor la tela,
trabajada siempre a la antigua,
aunque luego se transforme
y cada gota sea un pixel
que recorre la pantalla
de la obra futurista.
“Quisiera ser un pixel
en la obra de tu vida:
azul en el cielo inmenso;
fugaz entre montañas;
lágrima que corre por el rostro;
sangre en la herida de Cristo.”
Lienzo transformado en pantalla.
Pincel imaginario que dibuja los pixels.
(rojo, azul, verde… 10110111)
Es bello el cuadro, es bello…
Pero todo es imaginario:
simplemente no existe…
“Prefiero ser una gota,
una simple gota de óleo,
en la mirada de Jesucristo;
una simple pincelada de tu firma
en la obra de tu vida…”
Frank Calle (5/ abril/ 2022)