¿Has visto a la tierra llorar?
Cuando la tierra llora, se reseca, se agrieta,
y amorfas baldosas se forman,
separadas por pequeños ríos sin agua.
Como un rompecabezas que nunca se completa,
siempre verás las grietas a unos centímetros de distancia
entre sí, desesperadas por ser un pedazo de tierra
unido de vuelta, pero la fuerza no les alcanza.
A mí me apena ver a la tierra así: llena de nada,
con olor a muerte y resquebrajada.
Aún quedan algunas plantas,
las más tercas, que se rehúsan a abandonarla.
Pobre tierra, ni la lluvia la salva.
Llueve muy poco, casi nada; no basta.
Se está convirtiendo en un cementerio:
hay cadáveres de animales, grandes y pequeños,
que son absorbidos por ella hasta los huesos.
Llora sola, llora sola;
pobre tierra seca y sola.
Parece que va a morir de un instante a otro, como una gota.
Va a morir sola, va a morir sola;
como todo sobre ella.
—Felicio Flores.