Viene el mar desnudo, como mujer hermosa
las cumbres de sus olas como senos en sosiego
húmedos, dormidos, apaciguando ventiscas
procreando las espumas que besan la arena
con sus labios de nácar, sedosos, colmados de deseo
Viene el mar ardiente, pleno de sol que me consume
como mujer emancipada, de vientre inmaculado
que bate sus alas libres, sobre el azul profundo como sollozo
como gozo de la eternidad entre brisas cálidas
que precisan frescura para renovar la arena
Viene el mar y sus gaviotas, ahogando sueños
como mujer que acaricia el cielo
que atrapa el tiempo entre las nubes de ensueño
balbuceando atardeceres con tonos de violeta y rojo
desatando alucinaciones de mariposas que engendran luces
como crisálidas liberadas del capullo de la luna
Viene el mar, vamos hacia él
hombre y mujer, mujer y hombre
tomados de los sueños,
como delfines que ronronean anhelos
desnudos, en la añoranza abisal de ser amantes