Te escribo estos versos,
que son solo una carta.
Escrita con sangre,
escrita con lágrimas.
A quien ya no está,
al soldado sin batalla,
al que habita la tierra
y vuela sin viento ni alas.
Y es solo un recuerdo,
una lejana esperanza,
de estar siempre en vida
como una debil llama.
Te escribo este canto,
mudo y sin palabras,
donde todo se enreda,
como el alma abandonada.
Que va por el mar sin marea,
como ola ajena y sin playa,
a buscar su destino,
a encontrar su mañana.
Porque habitas el tiempo,
porque sin voz cantas,
a las penas del mundo,
al día que perdió el alba