Vienen huyendo algunos pasos,
otros alegres, felices por la vida,
por llegar unos arriba en algún caso
son capaces de pisar cualquier herida.
Habrán pasos indecisos, vacilantes,
que recién han bajado de la cuna,
se afirman y enderezan lentamente,
a medida que reciben nuestra ayuda.
Torpes pasos se acercan hasta el nicho,
después de haber luchado muchos años,
todo ya conocen ... éxitos, fracasos,
solo quieren descansar, cansados pasos.
Y van pasando, tristes, sigilosos,
de mujeres maltratadas unos pasos,
esa esposa, gimiendo con sollozos,
escapando del abuso a cada rato.
Bien armados a la guerra se dirigen,
muchos pasos por la selva camuflados,
tal vez algunos vuelvan con laureles,
otros sin suerte quedarán diseminados.
Allí cerca, los jefes de esa guerra
se pasean, orgullosos como pavos
celebrando sus buenas estrategias,
más, el campo de batalla no han pisado.
Un gran paso allá en la Luna,
y otro de lujo en el baile,
o un paso de mala fortuna
de la hija de su madre.
Camina receloso el lince hambriento
acechando en la floresta su sustento,
mientras la noche cae suavemente
y se silencian los pasos de la gente.
Y así en la vida ciertamente
los propios pasos fijan tu destino,
puedes cerrar los ojos firmemente,
aunque siempre serás su cautivo.
Por eso, cuando andamos los caminos,
monte arriba o cuesta abajo,
no interesa si vamos o venimos,
pero andemos, aunque sea pasó a paso.
(Chofa)