Rafo, el gordito madrileño
se preguntaba cada tarde
camino al garaje
porque tenía los mismos sueños recurrentes
que le hacía sexo oral a hombres africanos franceses y portugueses
su potito le hacia agüa...
Doblaba la esquina con luces intermitentes
y visualizaba sus sueños:
Daniela, su mujer con canas, gorda
y quemándose las manos con una bandeja paisa,
no entendía mucho desde la mente
pero si mucho desde el corazón...
Bajó a un bar
se hizo paso entre chicos y chicas
pidió 2 cervezas chicas
y esperó...
a los 16 minutos 34 segundos
ingresó un gordito pelado ya entrado en años
dejó el maletín en la mesa de Rafo
no se saludaron
se miraron unos segundos
y de pronto, asi sin mas
se dieron el beso mas lujurioso
y reprimido de los últimos
15 años en la historia humana...
Mambrú (apellidaba) había almorzado sopita de camarón
y Rafo había desayunado papas fritas en ketchup
ambos restos de comidas
se mezclaron entre saliva, dientes
y un silencio que podría cortar
una piedra rumana