Francisco 1987

Un silencio que podría cortar una piedra rumana

Rafo, el gordito madrileño

se preguntaba cada tarde 

camino al garaje 

porque tenía los mismos sueños recurrentes

que le hacía sexo oral a hombres africanos franceses y portugueses

su potito le hacia agüa... 

 

Doblaba la esquina con luces intermitentes

y visualizaba sus sueños:

Daniela, su mujer con canas, gorda

y quemándose las manos con una bandeja paisa, 

no entendía mucho desde la mente

pero si mucho desde el corazón... 

 

Bajó a un bar

se hizo paso entre chicos y chicas

pidió 2 cervezas chicas

y esperó... 

a los 16 minutos 34 segundos

ingresó un gordito pelado ya entrado en años

dejó el maletín en la mesa de Rafo

no se saludaron

se miraron unos segundos

y de pronto, asi sin mas

se dieron el beso mas lujurioso

y reprimido de los últimos 

15 años en la historia humana... 

 

Mambrú (apellidaba) había almorzado sopita de camarón

y Rafo había desayunado papas fritas en ketchup

ambos restos de comidas

se mezclaron entre saliva, dientes

y un silencio que podría cortar 

una piedra rumana