Antonio Martín

Tu sonrisa enloquecida

Tu sonrisa enloquecida

se emborracha de vida

y endulza los labios, 

¡quien la tuviera! 

Pues no es fácil

derramar sonrisas

con tanto desparpajo. 

Surcando los mares

de tu casa o en el aliento

de una fresca armonía:

la brisa, la arena y tú. 

Espolvorea y reparte

sonrisas, como la bruja

y su varita, en alegres

melodías; que incite, 

que contagie, que las penas

llegan solas y en procesión

han de irse. 

Mas no sé que pedir;

una sonrisa al amanecer

o mil por venir, 

que no es nada amarga

y a nadie hace daño.