He vivido tantas vidas que en cada una de mis
manos yacen los primeros hombres,
en cada uno de mis ojos brilla el fuego del origen,
en cada uno de mis pies palpitan los milenios.
He vivido tantas vidas que de mi boca se escucha
a mis ancestros,
de mi pecho brotan las voces de la historia,
de mi espalda se sostiene el orden primigenio.
¿Quién soy?
¿De dónde vengo?
¿Adónde voy?
La vida avanza al ritmo de un latido.
Es el mismo cielo pero los astros no brillan igual.
Es el mismo sendero pero las huellas son
diferentes.
Es el mismo viento pero repite otras palabras.
Hombres Pasos Ecos
Es el mismo impulso pero la sangre cambia de
ríos.
Es la misma furia pero los soldados miran otro
horizonte.
Es la misma muerte pero los funerales cambian
de alaridos.
Razas Mundos Luces
Es el mismo sol pero acaricia con otro ardor.
Es el mismo cosmos pero vibra con otra
intensidad.
Es la misma vida pero se desliza con otra
palpitación.
Astros. Ojos. Siglos.
La nada estalla en una chispa,
el origen arde a cada instante,
la historia se desboca por el tiempo.
Vivo. Vuelo. Me suspendo.
Soy un suspiro en las centurias.
Pienso. Hablo. Vocifero.
Soy una chispa del origen.
Me repito.
Me reinvento.
Me transformo.
Soy un eco en la memoria.
El recuerdo viaja cuando el tiempo sopla.
Las galaxias se desplazan, se fusionan y estallan:
de cada galaxia brotan mundos y más mundos,
de cada mundo brota un cielo
y a través de cada cielo se derrama el universo
latiendo.
Se nace fuego adentro,
se sueña cosmos arriba,
se vive a vuelo extendido,
se muere a latido abierto.
¿De dónde venimos?
¿Adónde vamos?
¿Quiénes seremos?
Yo soy.
Tú eres.
Todos somos.
Las distancias se vuelven sueños,
los recuerdos se despliegan en años luz,
los eones se miran como un relámpago
y de un ciclo a otro
todos somos
la misma chispa,
el mismo tiempo,
el mismo latido.
Todos somos el infinito soplo universal.
(Fragmento del poema Astrobelius, cuya versión íntegra también está disponible en esta plataforma).