De mí ser, queda solo un rezago de lo que fui.
Un suspiro de lo que pude lograr ser y soñé.
Lo he dado todo por devoción a mi gran amor.
Tuve errores, busqué subsanarlos y mejorar.
Pero fui tratado como el peor criminal sin un perdón.
Y la recompensa una amarga soledad e indiferencia.
Mi alma ha quedado en los restos desechados.
Llegará el día que me valoren y ya no estaré.
Ese día por siempre lo lamentarán por no actuar.
Será cuando los restos de mi alma estén en paz.
G3