Mi carne vive a merced, del verdugo desengaño
Que mora en la celda de mi triste pasado,
Tratando día a día de sanar las heridas dejadas
En mi piel por su andar…que fustigo,
Que apuñalo mis ilusiones.
Mi vida persiste mutilada con su desdén asesino,
Cada vez que emerjo de mis dolores
Para modular su nombre,
Me hace vivir oscuro entre sombras,
Como mis versos…agonizantes,
Cargados de angustia, de desesperación,
Halando tras de mi sacos de amargura.
Las marcas que reposan en mi rostro
Son huellas dejadas por su fugaz paso,
Cicatrices que se abrieron por el viento
Que me trajo el roce de su mano;
Satánicamente cauteriza la felicidad
Que me regalo alguna vez su abrazo
Y calcina mis esfuerzos de borrar la cuita
Que reside en mi desde que no esta conmigo.
Vilmente viola, lo poco que me queda de alegría,
Cada vez que castra certeramente las ganas
De enjugar desahuciado sus labios;
Aun es sangre de mi sangre,
Daga que abre mi pecho, desbordándome,
Y a la vez catete que filtra su recuerdo
En mis desvariados versos.
Mi alma aun vaga podrida, sicótica,
Un conjunto de huesos
En la espera de un te amo de su boca,
Y putrefactamente, constantemente,
Muero en el intento de saborear
Una vez mas sus labios
Que me provocan…