Los viejos muros
precisan repararlos
por la erosión.
Se van cayendo,
el tiempo los desgasta,
es ley de vida.
En las iglesias,
también en los castillos
y en las casonas.
Las viejas caras
están llenas de arrugas
y muy curtidas.
Años al sol,
también al. mediodía
con brisa y lluvia.
El tiempo araña
dejando en tantos surcos
su bella impronta.