En mi noche de soledad…
brillo de pronto una luciérnaga;
sentí que venía por mi
pues, entre todos los que estabam0s,
fui el único que la vi.
Ella está enamorada,
por eso brilla en mi noche,
buscando su contraparte
entre este bosque mental
que dificulta su volar.
Hermosa y bella luciérnaga
que has llegado a mi vida;
te llamé de esa manera
al no saber la distancia
de esa luz que me vistiera.
Ahora te veo mejor;
ya no eres una luciérnaga,
sino un magnífico Sol
que acaricia mis ojos
y mi corazón de Amor.
Has destrozado mi ceguera,
que había sido, hasta hoy,
alimento de mi soledad;
has cambiado mi vida
y ya no soy un simple mortal.