Vidrio grueso y empañado
por turbiedad de la lluvia;
céfiro en tono encantado,
más paciencia que violencia,
ni paz, ni guerra,
agua recia…,
pero no diluvia.
Entre calma y alteración
estoy en punto indeciso,
no va para allá,
no viene para acá,
no sé si me muevo mucho,
un poco,
o si me frizo.
La razón está y no,
existe, también se pierde;
campo seco,
jardín verde,
estoy y no estoy yo.
Luz de oscuridad maldita,
negra blancura bendita;
imágenes por fuera feas,
y sin verse su interior,
puede…,
que sean bonitas.
Aire que sobra
se respira,
ahogo por exceso
de lo que abunda,
extiende o estira.
Horizonte cercano;
hogar divino:
fantasía y sueño
lejano.
Qué más da,
si soy humano,
vivo entre pro y contra,
entre idas y venidas;
se vive más de mil veces
y existe
una sola vida…