Se cayó el beso de tu boca
como un apocalipsis de claveles
se hicieron en las sombras
ríos de amargas hieles,
riveras de sangre negra
mi boca se bebe,
donde retoña la fría hiedra
que al pecho retrocede
y con su voraz pena
el corazón envuelve.
Me agarro a la soga
por donde se descuelga la nieve,
subiré donde te roza
el olvido con su muerte,
me pondré el invierno de estola
para abrigarme las sienes.
Se cayó el beso de tu boca
mis labios no lo sostienen,
dejó moribunda la alondra
que aleteaba en nuestras pieles,
con una herida que alfombra
cementerios de laureles.
Ahora supuran las auroras
rocíos de soledades
que lloran las mustias rosas
del vergel de mis pesares.
Se cayó el beso de tu boca
como un silencio de cárceles,
me esparceré en las venas de la llama
para que mis infiernos se renueven
y cavaré una tumba en la nada
para esta luna que se me muere.