Para. Sea lo que sea que hagas. Haciéndome reconsiderar alejarme de ti. Quiero irme, desconectarme de tu mundo, pero con cada sonrisa y risa, mis emociones se arremolinan. No tienes nada que ofrecerme, ni intelecto, ni habilidad, nada en mi corazón deseo que inculques. Pero me llamas inteligente, sarcástico y bonito, mientras te insulto o miro hacia abajo con lástima. Ignoras mis defectos, mientras los tuyos desaparecen, fuera de mi vista, dejándome sintiéndome tan raro. Me siento caer, sin medios de prevención, borrando cada intención. Enamorándome de ti, sin esperanza de volver, lleno de emociones que son un poco preocupantes. No quiero amarte, pero de alguna manera debo de aceptar tus imperfecciones y aprender a adaptarme. Después de todo esto, ahora entiendo, eres tú, no yo, para ser amado con el corazón y la mano.