Las heridas de la infancia nos marcan
pero más que cicatrices
son como árboles secos
de los que desconocemos sus raíces
y solo entendiendo esas raíces
de verdad nos conocemos
¿Cómo comprender los jirones rotos
dejados por la niñez
las palabras crudas, la distancia
cómo desangrar los moretones
que provocaron los rencores
que hoy se asoman a mi ventana?