José Alberto Montoya

Herencia

La herida, la dejo

aquí en lo bajo

donde la vida 

es más que un intermitente recuerdo,

y el hastío de golpearme, doler

y ser solo una ceniza

que se esparce

en el gris de este país,

caído en mi abandono,

te dejo la vanagloria 

de los dignos superfluos  

y ya acabame los pulmones 

antipáticos con el aire

cantores del mismo son,

quitame este Do Mayor

aferrado al triste atraco 

de un niño abortado 

al garete de su grito.