Antes eras toda desalojo.
Sí, puerta vacía, encaje solitario,
fuerza de entraña hueca y podrida.
Antes eras de todo, menos mía.
Puerta deslucida, deslumbrante o huera,
sangre sobre la nieve derretida.
Antes lo eras todo, y yo nada y de nadie.
Pero vino la locura, y ya me acechaste.
Impávidos los ojos, muriendo en ellos,
calcinados paisajes. Antes eras todo,
y yo, un leve rumor de meseta defendida.
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