Me entregué al silencio inocente
a la voz que me hacía compañía
al verso antaño que tristemente
dibujó alegría que se desteñía.
Suavisé la pasión de un amor
que no sé ni cuanto valía
pero dejó un profundo temor
de creer que amar existía.
Hoy decido en el presente
renacer de las cenizas
esbozar paraiso floreciente
levantar por bandera las rizas
Gritar que aunque ya no pueda verte
ni disfrutar de tus ojos tiernos
Estoy tan, tan feliz sin tenerte
y confieso que solo eres RECUERDO.
Fotos de Kapirutxo sacadas en la Patagonia chilena