Hay una estrella,
que llamo con tu nombre.
No siempre la encuentro,
pero sé que está y observo.
Esperando de noche,
que todo sea un sueño.
Hay una luna que es tuya,
me alumbra el sendero,
con su luz de leche
y sus pálidos senos.
Hay una boca que muerdo,
dos labios donde muero,
cuando todo me falta
y no sé si estoy despierto.