Carlos Eduardo

La moral

 

Nadie está libre de culpa,

es el gran problema moral;

bajo esa lente,

qué se podría sancionar

sin arrastrar con una cierta

cuota de responsabilidad.

 

Los verdugos no la atenúan,

la amplían;

los conflictos, cualesquiera sean,

en esta perspectiva,

dificultan la acción de los terceros,

los tejados son de vidrio.

 

A escala de países,

los pueblos arrastran los males causados por los propios gobernantes,

ya que son su soporte,

están ahí por ellos.

 

Justifica la superación de la condición humana

para evitar que la vida sea este calvario.

 

Sin embargo, a los sociópatas, psicópatas, superficiales, vanos, huecos, narcisistas, megalómanos y otros

no les va esta problemática, son parte relevante de la cuestión.

 

Más sacrificios como el de Jesús, no salvan.

 

Ciorán dice, el hombre debe morir.

 

Más habría otro mono que sería igual o peor.

 

Las películas nos sitúan en la guerra de las galaxias.

 

Un futuro tan oscuro como el pasado y el presente.

 

Hay, sin duda, variadas salidas a este callejón.

 

Todas, por ahora, personales