Tal vez hay un mundo oculto
Lleno de luces y colores.
Un mundo al cual se entra sin zapatos.
Un mundo de agua y arroz.
El resplandor de mi alma es sincero.
Cuándo te veo brillando por las callezuelas.
Cuándo saltas sin pisar las rayas.
Y ríes a carcajadas cuando la brisa toca tu rostro.
Solo puedo ofrecerte mi mano amiga cuando estés por tropezar, te la ofrezco aun sin empezar a caminar.
Aprendí contigo a sonreír.
A jugar sin temer el qué dirán.
A hablar hasta perder la voz.
Mi aprecio por ti es como luz de luna.
No es cálido, pero busca guiarte en las noches oscuras.
Y aguardará cuando te sientas perdido.
Mi cariño es sincero, pero no eterno.
Se marchita como un girasol cuando escasea el agua y escasea el sol.