Muy macabro es este zoo,
macabrón el empresario
y habrá algún que otro pez gordo,
además del propietario,
implicado en el asunto
o haciendo la vista gorda
para mantener oculto
tamaño crimen, que asombra
e indigna a partes iguales,
duante el tiempo que cuesta
matar tantos animales
protegidos -¡qué vergüenza!-
y disecarlos, de modo
tal de poderlos mostrar
en sus naves, como un zoo,
para así poder cobrar
de estranjis, de tapadillo
más pasta que la invertida.
Así se pudra este pillo
en la cárcel de por vida.
© Xabier Abando 11/04/2022