Vive una vida sencilla
y evita los contratiempos,
disfruta aquellos momentos
de convivir en familia;
olvida fatuas rencillas,
entierra viejos rencores,
que sean tus intenciones
dar lo mejor cada día;
cuando vayas a la cama
agradece cuán se te dio,
toda la paz y la calma
de la presencia de Dios,
con esa honesta esperanza
de cosechar sólo amor...